Del Escritorio del Párroco
  • 19 de enero – II Domingo en el Tiempo Ordinario

    Queridos hermanos y hermanas,

    La esperanza no siempre es fácil, especialmente en un mundo quebrantado, pero nuestra fe nos llama a ser instrumentos de esperanza para unir, sanar y transformar nuestro mundo. En los momentos más difíciles, cuando es fácil desanimarse, siempre hay una invitación a dar testimonio de esperanza sabiendo que Dios nunca nos abandona.

    En este Año Jubilar, seamos testigos de esperanza, viviendo más profundamente nuestra fe con amor y caridad. La esperanza, como la fe, no es una actitud o una opinión, sino un don especial del Espíritu Santo que es vital en nuestras vidas. Es lo que nos da confianza en el futuro, incluso cuando las cosas pueden parecer sombrías. Para nosotros los católicos, Jesús es nuestra esperanza. (Romanos 5: 5)

    La Campaña del Arzobispo de Caridad y Desarrollo (ABCD) es una de las formas en que podemos llevar esperanza a los demás y ayudarles a sentir el amor transformador de Cristo, un amor tan poderoso que puede curar a los enfermos, convertir corazones y cambiar el curso de la vida de alguien. Ya sea a través del apoyo, la educación, la vivienda, o sirviendo a los pobres – sólo para nombrar unos pocos – El ABCD proporciona esperanza a los necesitados.

    Por favor, consideren en oración abrir sus corazones en apoyo al ABCD y hagan un regalo de esperanza hoy. Un mundo sin Dios es un mundo sin esperanza, y un mundo sin esperanza es un mundo sin futuro. Debemos unirnos para llevar esperanza y el amor de Cristo a las personas, sin importar quiénes sean o dónde vivan. Cada donación marca la diferencia.

    Tenga la seguridad de mis oraciones por usted y sus seres queridos. Gracias y que Dios les bendiga.

    Con esperanza y gratitud,

    Monseñor Thomas G. Wenski
    Arzobispo de Miami


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