Mis Queridos Amigos,
Es maravilloso volver a servir a todos ustedes este fin de semana. Quiero darles las gracias por sus oraciones durante las últimas dos semanas, ya que fui puesto en cuarentena en la rectoría después de dar positivo para COVID-19. Afortunadamente, mi caso fue leve, y estaba relativamente libre de síntomas. Sé que soy bendecido porque hay muchos que lo han pasado mucho peor. Pasé mucho tiempo descansando y rezando por todos ustedes. Mi tiempo de espera inesperado me permitió orar por todos los enfermos y vulnerables de nuestra parroquia que han estado en casa durante esta pandemia. En cierto modo, me permitió entrar en una comunión más profunda con ellos. Nunca dejen de orar por nuestros enfermos y nuestros confinados. Son una parte vital de nuestra comunidad, ya que oran constantemente por nosotros y ofrecen sus sufrimientos por el bien de la Iglesia como lo haría siempre nuestra patrona Santa Teresita.
Este énfasis en los enfermos de nuestra parroquia es oportuno ya que este próximo jueves, 11 de febrero, fiesta de Nuestra Señora de Lourdes, es la Jornada Mundial de los Enfermos. El Papa Francisco nos recuerda en su mensaje de hoy: “Una sociedad es tanto más humana hasta el punto de que se preocupa eficazmente por sus miembros más frágiles y sufrientes, en un espíritu de amor fraterno.” Siempre debemos ser conscientes de los que nos rodean que están enfermos, incluso del extraño. El Santo Padre nos recuerda que siempre debemos estar cerca de los enfermos en nuestras acciones y en nuestras oraciones: “Tal cercanía es un bálsamo precioso que proporciona apoyo y consuelo a los enfermos en su sufrimiento. “Como es nuestra costumbre en esta parroquia, este jueves a las 8:00 p.m. tendremos una Misa de Sanación con la unción de los enfermos. Todos los sacerdotes de nuestra parroquia estarán a su disposición para ungir a los enfermos. Un simple recordatorio de que si alguien tiene síntomas de una enfermedad que puede ser contagiosa, por favor quédese en casa y vea la Misa en la transmisión en vivo. Podemos ir a visitarlos y ungirlos en casa como lo hemos estado haciendo a lo largo de la pandemia.
Quiero dar las gracias al Padre Omar y a todos los sacerdotes de nuestra parroquia por cubrirme durante mi tiempo fuera. El trabajo de la parroquia nunca se detuvo. También deseo dar las gracias al Padre Phillip Tran, que regresó a su primera parroquia para ayudarnos hace dos semanas. El Padre Omar hizo un trabajo magnífico el fin de semana pasado de “bateador emergente” por mi durante el domingo del ABCD. Todavía estamos sorteando todos los sobres de compromiso que recogimos, y quiero darles las gracias por su generosidad a las organizaciones benéficas de la Arquidiócesis que hacen tanto para atender a los enfermos y a los ancianos entre sus muchos ministerios. Si aún no ha hecho su promesa, los animo a hacerlo hoy y devolver el sobre a un acomodador. Hice mi promesa cuando regresé a la oficina el miércoles pasado.
Una vez más, gracias por todas sus oraciones y buenos deseos. Estoy extremadamente bendecido y agradecido de estar de vuelta.
Que Dios los bendiga a todos,