Mis Queridos Amigos,
Aunque no lo crean, la Cuaresma comienza este próximo miércoles. Se siente como si nunca salimos de la Cuaresma del 2020. Dios nos ha llevado al desierto de esta pandemia que nos ha hecho buscar a Dios aún más, y ahora estamos llamados a esa renovación de nuevo. A pesar de que nos acercamos al año desde que comenzó la pandemia, es posible que nos hayamos vuelto demasiado complacientes con esta experiencia en el desierto. Tal vez le estemos restando importancia pensando que sabemos navegar esta “nueva normalidad”. La complacencia es veneno para la vida espiritual. Dios nos llama constantemente a la conversión, y ahora somos bendecidos con la oportunidad de volver a descubrir la experiencia del desierto de la Cuaresma para poder eliminar los hábitos desagradables que hemos recogido en el último año.
Junto con la complacencia, uno de los principales males que he visto en nuestro pueblo desde que comenzó la pandemia es el pecado capital de la pereza. Este es un producto de tener que permanecer en nuestros hogares el año pasado por un largo período de tiempo. Nos hemos vuelto perezosos en nuestro trabajo, en nuestros estudios y tristemente en nuestra vida espiritual. Esto se ha traducido a personas que no hacen que venir a la misa en persona sea una prioridad a pesar de que pueden ir a parques de diversiones y centros comerciales y otros lugares públicos. Vamos a eliminar este mal durante el tiempo cuaresmal y abracemos la obra que Dios quiere que hagamos para edificar el reino de Dios en nuestra parroquia y vivir vidas más santas.
Siempre comenzamos la Cuaresma reconociendo nuestros pecados a través de la imposición de cenizas el Miércoles de Ceniza. La celebración del Miércoles de Ceniza tendrá lugar como todos los años aquí en nuestra parroquia y la imposición de cenizas se hará como es nuestra costumbre con una cruz de cenizas trazada en nuestras frentes. El arzobispo Wenski presentó directrices para el Miércoles de Ceniza durante la pandemia, y aunque las pautas no cambian realmente, hay una nota que se añadió que quería compartir para aquellos que pueden estar aprensivos acerca de recibir cenizas durante la pandemia: “El uso de cenizas, aunque habitual y elogiable, no es una obligación de los fieles, por lo cual el que tenga miedo de enfermarse no debe acercarse, o incluso venir a la misa el Miércoles de Ceniza.” Por lo tanto, para aquellos que deseen recibir cenizas, se acercaran a los ministros con sus máscaras como lo harían para la Santa Comunión, y recibirán las cenizas en la frente como lo hacemos cada año para salir al mundo y dar testimonio de que somos pecadores necesitados de redención y ansiosos por recibir las gracias que provienen de la conversión. Si viene a misa y no desea recibir cenizas, está perfectamente bien. Lo que hay en nuestros corazones es más importante que lo que está en nuestras frentes.
Rezo para que todos tengan una cuaresma bendita y que todos estemos juntos en nuestra iglesia para celebrar la resurrección de nuestro Señor al final de nuestra jornada cuaresmal.
Que Dios los bendiga a todos,