Una Despedida del Padre Omar
Querida Familia:
Hoy, la Iglesia Universal celebra el Domingo de Pentecostés, la Fiesta del Espíritu Santo. Con la efusión del Espíritu Santo en Pentecostés, se completó el Misterio Pascual de Cristo. Fue este día en que la Iglesia vino a ser esta gran fuerza en los corazones de aquellos reunidos en el Cenáculo ese día y embriagado con los dones del Espíritu Santo para ser cristianos, seguidores de Cristo y apóstoles― el que es enviado. La Biblia nos dice que cincuenta días después del éxodo del pueblo judío de la esclavitud en Egipto, Moisés recibió los Diez Mandamientos de Dios en el Monte Sinaí; ahora, cincuenta días después de la Resurrección de Jesucristo, los cristianos celebramos el nacimiento de nuestra Iglesia, cuando Jesús envió Su Espíritu sobre Sus discípulos para animar sus vidas a vivir de Su palabra.
Durante más de dos mil años, la Iglesia y todos sus miembros han sido dotados con el Espíritu Santo, el Paráclito, y como San Pablo nos dice hoy en la segunda lectura, “En cada uno se manifiesta el Espíritu para el bien común.” Esta manifestación del Espíritu se puede detectar reconociendo uno o los siete dones del Espíritu Santo. Estos son:
· La sabiduría es tanto el conocimiento y el juicio sobre las cosas divinas como la capacidad de juzgar y dirigir los asuntos humanos de acuerdo con la verdad divina.
· El entendimiento es una visión penetrante del corazón mismo de las cosas, especialmente de aquellas verdades superiores que son necesarias para nuestra salvación eterna; en efecto, la capacidad de ver.
· El consejo permite que una persona sea dirigida por Dios en los asuntos necesarios para su salvación.
· La fortaleza denota una firmeza de ánimo para hacer el bien y evitar el mal, particularmente cuando es difícil o peligroso hacerlo, y la confianza para vencer todos los obstáculos, incluso los mortales, en virtud de la seguridad de la vida eterna.
· El conocimiento o ciencia es la capacidad de juzgar correctamente sobre asuntos de fe y acción correcta, para nunca desviarse del camino recto de la justicia.
· La piedad es, principalmente, reverenciar a Dios con afecto filial, rendir culto y deber a Dios, rendir el debido deber a todas las personas por su relación con Dios, y honrar a los santos y no contradecir la Escritura. La palabra latina ‘pietas’ denota la reverencia que le damos a nuestro padre y a nuestro país; ya que Dios es el Padre de todos, la adoración de Dios también se llama piedad.
· El temor de Dios es, en este contexto, el temor filial o casto por el cual reverenciamos a Dios y evitamos separarnos de él, en oposición al temor sumiso, por el cual tememos el castigo.
Sobre estos dones del Espíritu, la Iglesia ha florecido a través del tiempo bajo la Sucesión Apostólica, que comenzó con San Pedro y los Once Apóstoles restantes hasta Francisco, nuestro Papa hoy y todos sus obispos. Este es el mismo Espíritu que me trajo aquí, a la Iglesia de Santa Teresita hace casi dos años, y que ahora me mueve a servir a otra parte del Cuerpo de Cristo en esta gran Arquidiócesis de Miami. Ahora el Espíritu Santo me necesita en la Iglesia Católica St. Catalina Drexel. Doy gracias a Dios por permitirme servirles, enseñarles, consolarles, sanarles y disfrutarlos. Voy a mi nueva asignación con mi corazón lleno de su amor y apoyo. Los animo a crecer siempre en la fe y en el conocimiento de Dios; es la única manera de amar profundamente a Dios, y Él merece ser amado por nosotros de la manera más pura, leal e intensa posible. Gracias a todos por aceptarme y amarme tanto. Esta comunidad de amor siempre tendrá un lugar especial en mi vida y corazón. Sólo espero que reciban y amen al P. Andrew como lo hicieron conmigo, y que sigan apoyando a tu Párroco, el P. Manny con respeto, amor y dedicación.
Siempre estarán en mis oraciones, y espero contar con las suyas también. Tienen en mí, a un Padre y a un amigo.
Paz y bendiciones,
Padre Omar